Una estafa
Regresaba de La
Vall de Gallinera adonde había ido con una amiga, Isabel, para dar un paseo por
aquellos pueblos en la hermosa época de las cerezas.
Estaba llegando en
mi coche a casa cuando, en una rotonda, estornudé violentamente y a causa de
ello solté el freno con lo que mi vehículo fue a chocar con el que estaba
inmediatamente delante. Fue un leve choque porque la distancia que mantenía era
apenas de 1 metro.
Bajó del coche el
conductor y aunque aparentemente no había sido nada, señaló un bollito en la
parte trasera de su Renault Scenic que según él era producto del choque.
Nos apartamos a
una zona donde no interrumpiéramos el tráfico y allí hicimos las diligencias
del “accidente”. En el momento de parar bajó del coche la acompañante que lucía
una sonrisa de esas que dicen “no hay que preocuparse, no ha pasado nada”
Acabamos de
rellenar el formulario, en el que se había especificado como daño apreciado el
“bollito” citado y cometí el error de no intercambiar la copia del parte de
accidente, en donde había especificado por mi parte que no había víctimas
(incluso leves), por tanto él se llevó su declaración y yo la mía.
Como no llevaba el
número de póliza de su seguro quedamos en que me llamaría y me la diría.
Pasaron los días y no llamó, pensé que a lo mejor había dejado correr el asunto
pero al cabo de un tiempo mi compañía me llamó reclamando que no le había
enviado el parte cosa que hice por fax.
Unos días después
llamó el perito de mi compañía para ver mi coche y los daños que había podido
causar, bajamos al garaje y se veía claramente que el susodicho “bollito” no se
lo podía haber causado en el choque porque yo sólo tenía la matrícula un
poquito doblada por abajo y el golpe que se reclamaba estaba a una altura que
era imposible que yo le hubiera causado.
Mi sorpresa vino
cuando el perito me dijo que habían reclamado daños por lesiones en los
ocupantes, en concreto en la ocupante “sonriente”, que había tenido que ir al
hospital y le habían puesto un “collarín”!!
Le comenté al
perito mis impresiones sobre que la denuncia de esas “lesiones” era claramente
una maniobra y me comentó que si, que lo sabía, pero que ahora era norma común
el hacer este tipo de denuncias cuando había cualquier incidencia, incluso
cuando estaba claro que eran falsas.
Días después me
llamaron de la compañía indicándome quién era mi abogado para esta causa que
para mí se había convertido en una estafa.
El 9 de julio
recibo del juzgado de instrucción un telegrama comunicándome la existencia de
un proceso por la denuncia por accidente de circulación.
Ya en octubre
recibo una citación para acudir al juzgado a retirar una cédula de citación de
denunciado en el que se fija el 29 de noviembre para asistir al juicio de
faltas…
Cuando lo recojo
llamo al abogado que me ha asignado la compañía que me comunica así de golpe
que puedo romper la citación porque ya se ha llegado a un acuerdo entre
compañías por el cual se indemniza a la “víctima” con dos meses de salario por
la baja de ese tiempo en su trabajo…
Le comentó que no
es cierto pero al abogado le parece completamente normal estos procedimientos.
Hoy, 12/11/12 me
ha llegado un telegrama en el que me comunican la suspensión del juicio.
No soy ni mucho
menos un defensor de las compañías aseguradoras pero en este caso me repugna que
se mienta y se saquen compensaciones por hechos falsos, aunque esto sólo es el
reflejo de una sociedad que se ha instalado en el fraude y la inmoralidad como
bandera.
El resultado final
para mí es que la aseguradora me ha subido la cuota…